Con una fiesta el sábado 29 de junio en el patio del antiguo IES Luis Buñuel ha empezado su andadura el nuevo Centro Social Comunitario. Acaba de empezar y no se pueden dar ningún tipo de opiniones acerca de cómo funciona pero si se puede decir que es una fórmula que hay que tenerla en consideración dado los tiempos que corren. Me estoy refiriendo al hecho de que en un lugar público sean los vecinos, los ciudadanos, los encargados de llevar a cabo la tarea de gestionar un centro cultural. Hoy día desde la administración se torna un poco difícil no sólo por la ausencia de dinero sino por la cantidad de trámites y burocracia que conlleva poner en práctica un centro de este tipo. Seguramente será interesante ver como se desarrolla todo este proyecto para ponerlo en práctica en otros espacios que ahora tiene nuestro ayuntamiento totalmente vacios y parece ser sin futuro. La imaginación y las posibilidades de la ciudadanía son un buen patrimonio que hay que desarrollar. El voluntariado y las buenas prácticas pueden sacar adelante muchos eventos culturales que Zaragoza tiene escondidos en sus rincones y que pueden devolver la ilusión a no pocos zaragozanos. Ya no cabrán excusas con el “no hay dinero” porque habrá personas que suplan en parte esas deficiencias. En estos momentos estoy pensando en la Imprenta Blasco, en Averly......
Una forma de conservar nuestro patrimonio cultural es conocerlo. A continuacion os pongo una reseña de un edificio que forma parte del Mudejar de Aragón, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Iglesia de San Gil de Zaragoza Los materiales de los que esta constituido el templo son los tradicionales en la arquitectura mudéjar de Aragón: ladrillo, yeso y cerámica vidriada para el exterior. La disposición de los ladrillos es a soga asentados sobre yeso. Es de nave única con testero recto y capillas laterales entre torres contrafuerte, que son como pilares estructurales, y esta dotada con tribuna o paseador por encima de las naves laterales abierta al exterior, los pilares contrafuerte se abren paso para poder circular. Esta estructura arquitectónica queda oculta, y es propia del mudéjar., todas las cargas se distribuyen entre los diferentes torres contrafuerte. En la trasformación del XVIII se invirtió la orientación general del templo dando como resultado dos ábsides poligo
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