Corren nuevos tiempos. Muchos ciudadanos han dado su
confianza a nuevos políticos con ideas diferentes para gestionar la ciudad. Ya
no solo la corrupción sino también el anquilosamiento de los “viejos” políticos
han dado como resultado una sociedad no sólo mas injusta, con los menos
facvorecidos, sino también una sociedad en la que muchas de las grandes
sociedades económicas han dado al traste, por la especulación, con nuestro
patrimonio arquitectónico popular. Zaragoza es una ciudad que en las últimas
décadas ha destruido este patrimonio en aras de una “nueva calidad de vida” que
no esconde detrás otra cosa que la pura especulación urbanística. El urbanismo
ha sido la principal de las puertas abiertas a la corrupción. Creo que el
primer cambio que deberá darse es precisamente en el area de urbanismo. Se
deberá cambiar al Gerente, desplazar a ciertos jefes de servicio, un control
especifico de patrimonio cultural, cambiar ciertas normativas del PGOU que
permite ciertos derribos, etc. Urbanismo es la clave en este tema de la
corrupción. El concejal Pablo Muñoz debe ponerse al frente con valentía y
prescindir de viejos históricos del mundo de la arquitectura a pesar de haber
estado entre las filas de la izquierda. El cambio debe de ser radical, oir a
las gentes y a las asociaciones de toda índole. La verdad, si es que existe,
esta entre todos. Sera una nueva política si realmente se dan estos cambios con
contundencia y sin amiguismos.
En la fotografía aparecen unas casas de mas de
trescientos años de las que es propietario una famosa constructura zaragozana
que nada hace para rehabilitarla y darle el valor que se merece. Esta casa esta
en la calle Manifestación y en lógica de la de antes seria mejor derribarla y
hacer nuevos pisos para sacar mejores beneficios sin importar el valor del
patrimonio cultural arquitectónico.
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