De nuevo la constructora Brial insiste ante el
Ayuntamiento en la solicitud de derribo de varias de las naves de factoría
Averly. Esgrime diferentes razonamientos
avalados algunos de ellos por la legalidad que nadie duda. Es cierto que el
PGOU les ampara para pedir esa solicitud, pero también es verdad que todo el
espacio de la factoría Averly está en entredicho en los Tribunales de Justicia.
Realmente estamos ante un bien cultural avalado por organismos nacionales e
internacionales y por lo tanto su derribo implicaría un pérdida irreparable. No
es de recibo indicar por parte de la empresa que es de interés general el
derribo de parte de la factoría. Yo puedo entender que la constructora no alcance
ver el nivel cultural que este bien posee y por esa razón primen más los
intereses económicos que los culturales. Ahora bien hay una cosa que no me
cuadra y la interpreto como un “sentimiento de culpa” por parte de la
constructora cuando recomienda a ZEC que utilice los terrenos de la antigua estación
del Portillo para crear los equipamientos que asociaciones demandan. No creo que esta empresa tenga tanta justeza
en sus percepciones para entender que lo que se pide no es un equipamiento
cultural al uso sino la protección de un bien cultural que no es otro que la
propia factoría Averly. Este tipo de
consideraciones me hace pensar que no está en una disposición limpia a la hora
de argumentar. Abundando en la mismo línea no vale el decir que las naves están
deterioradas y su restauración es costosa y que hay emergencias sociales que
hay que atender. Realmente este tipo de argumentos están fuera de lugar y el
problema se podría solucionar de otra manera en la que nadie pierda. Nos
escandalizamos cuando el Estado Islámico arrasa el patrimonio cultural en Siria
o cuando los Talibanes destruyen los budas en Afganistán y no somos capaces de
caer en la cuenta que destruir Averly tiene connotaciones parecidas, unas por
motivos religiosos otras por motivos económicos. De este modo en Zaragoza se ha
destruido en las últimas décadas gran parte de nuestro patrimonio cultural. A todo esto debo advertir que también me llama la atención que la fotografía que ilustra un medio de comunicación esta noticia es de un espacio deteriorado y corresponde a las cuadras. No se si es para desvalorizar el conjunto. En cualquier caso las fotografías que pongo confirmarían todo lo contrario
Le pido a Brial
que reconsidere su propuesta, que dialogue con el Ayuntamiento y DGA y busque
una solución que la hay, en la que nadie pierda y gane la ciudad y la cultura.
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