De nuevo el tema de las mascotas cobra
actualidad ya que el Ayuntamiento de Zaragoza quiere aprobar una ordenanza en
la cual les permita subir en los buses urbanos. Parce ser que es una práctica
que se da en otras ciudades de nuestro mundo. Nadie duda de los beneficios que
puede reportar a personas mayores y niños la tenencia de estos animales de
compañía, ni tampoco nadie debe poner en duda la necesidad de educar a las
personas para que no se maltrate a ningún animal. Esta concienciación ciudadana
debe de extenderse también al mundo vegetal, al respeto que se merece toda la naturaleza.
Sin embargo el mensaje que se está dando acerca del mundo animal traspasa lo
razonable. Se habla de derechos de los animales cuando en realidad solo tienen
derecho las personas. A pesar de ello cualquier maximalismo siempre es falaz.
Si leemos en la propia naturaleza observamos que existen animales depredadores
y depredados, dígase que la violencia está dentro de la misma naturaleza
animal. Nuestros animales domésticos tienen otra fortuna y a pesar de ello también
los metemos entre cuatro paredes siendo que su universo natural no es ese. Si
salen fuera de ellas los atamos por seguridad y les impedimos esa “libertad de
movimientos” que emana de ellos mismos. ¿No es maltrato animal? Los argumentos
los podemos derivar hacia cualquier dirección según nuestros propios intereses.
Por cierto los orines que van depositando en las aceras cuando los dueños de
los canes los sacan a pasear ¿quién los limpia? La higiene y la limpieza son
fundamentales para un desarrollo social sostenible.
Sería interesante que nuestro
Ayuntamiento además de dar normas que favorecen a los propietarios de los
animales pusiera normas que favorezcan la limpieza e higiene de toda la ciudad.
Sería interesante que se establecieran unas prioridades de las necesidades
ciudadanas y yo creo que el tema animal no es prioritario ni mucho menos.
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