El tranvía de Zaragoza, educación y democracia
Estos días el ayuntamiento a
través de los medios está pidiendo a la
ciudadanía que voten sobre dos propuestas del trazado del tranvía de la línea
2. Del mismo modo los padres de alumnos de primaria están preparando una huelga
para protestar por la cantidad de deberes que tienen que hacer en casa. Considero que hay que relajarse y no abusar
del concepto de democracia. La democracia es un medio que tenemos los
ciudadanos para organizar nuestra sociedad de manera global y que las
necesidades que nosotros tenemos queden satisfechas. En esta misma sociedad
democrática hemos instituido una serie de cosas que nos dan las soluciones a esas necesidades. Entre otras
están los educadores, que son técnicos en esa materia, y son los que deben de
decir lo que es bueno para la educación de nuestros hijos. Por esta razón no es
lógico que personas ajenas a esa institución opinen ya que no son conocedores
de las necesidades educativas. Se que resulta difícil asumir este concepto
habida cuenta que la educación denominada primaria la ostenta la familia, pero
no es menos cierto que la educación especifica de conocimientos y hábitos de
trabajo intelectual los comunica el maestro con mayor o menor acierto, pero es
su pura responsabilidad y conocimiento, cosa que los padres no tienen por qué
saber. No entra en el ámbito de la democracia la decisión de unas técnicas
pedagógicas u otras. Son los profesionales y no los padres los que deben de
decidir.
Lo mismo ocurre con la votación
del trazado del tranvía de la línea 2.
La movilidad en un urbanismo bien planificado está claramente depositada
en los técnicos urbanistas que saben los flujos y posibilidades de todos los
elementos que entran en juego en el transporte diario de una gran ciudad. No
tiene ningún valor urbanístico que los profanos decidamos ”democráticamente”
por donde debe de ir el tranvía ya que los intereses subjetivos darán al traste
una buena planificación. Si así se sigue pronto decidiremos los tratamientos
médicos y la posología de la medicación sin ser médicos.
En cualquier caso es bueno que se establezca un debate para
discutir el fondo y las formas de estas y otras cuestiones y saber los límites
que existen en cada momento.
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