El domingo, día 17 de junio, tuve
la suerte de poder visitar la Torre del Agua en su interior, fue una visita
rápida ya que solo la pudimos ver desde
la planta baja donde está el Splash, la inmensa gota de agua que pende desde
las alturas, pero se podía apreciar toda la magnificencia y belleza que ofrece
por dentro esta magnífica obra arquitectónica. El propio Gobierno de Aragón que
es el propietario de este edificio lo tiene catalogado BIC, dígase Monumento,
el cual debe ser conservado y visto por todos según la Ley de Patrimonio de Aragón.
Pues a pesar de todo hay que advertir que no se puede visitar, sólo en alguna ocasión es posible como la del Domingo que se abrió al público
con ocasión del decimo aniversario de la Expo.
Por otro lado me alegró la
noticia que dieron ayer de que por fin se va a dar salida al Pabellón Puente,
obra de una de las arquitectas más famosas contemporáneas, con una intervención
acerca de la movilidad. Con esta propuesta no sólo se da uso al espacio del
puente sino también posibilita que podamos dar vida a todo ese espacio de la
Expo.
La torre del Agua está en
condiciones de abrirse, solo unas pequeñas revisiones posibilitarían su visita
facilitando también a los turistas su visita con la correspondiente repercusión
económica que supone para la ciudad junto a la creación de puestos de trabajo.
Este espacio circular me recuerda el Guggenheim de Nueva York, y podría servir
de ejemplo para colocar obras de arte en cada descansillo que tiene cada planta
o maquetas o elementos que hagan referencia al agua. Con esta intervención y
alguna que pudiera ponerse en los bajos de la Torre quedaría un lugar digno de
visitarse como icónico de la ciudad de Zaragoza.
Sería bueno que nuestro Gobierno
de Aragón junto a nuestro Ayuntamiento
se “pongan las pilas” y hagan posible el buen funcionamiento de estos
espacios que tenemos abandonados desde hace diez años. Su apertura posibilitaría
una mayor cultura para todos y un acicate para el turismo, con lo que ello
conlleva: puestos de trabajo y mayor economía.
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