Los Carmelitas Descalzos, orden reformada por Santa Teresa y San Juan de la Cruz, pusieron su primer convento masculino en 1594 en las afueras de la ciudad, en la margen derecha del rio Huerva, a la altura de la actual calle Asalto. Se accedía a él a través de un puente de Piedra que se encontraba frente a Puerta Quemada (calle Heroísmo). Dicho convento se denomino Carmelitas de San José, que mas tarde daría nombre al barrio que cerca de allí se formo. Este convento tenía una extensión de 4 hectáreas dedicadas a la agricultura y a una fábrica de paños, además de tres pequeñas ermitas. Hay que tener en cuenta que en aquella época los conventos tenían muchos frailes, en este caso unos 100, ahí sus dimensiones. Una gran iglesia barroca con claustro resaltaba en todo este espacio.
En la guerra de la Independencia sufrió grandes desperfectos por el asalto de las tropas francesas que incendiaron el edificio. En 1914 se reconstruye de nuevo el edificio y permanece como convento hasta 1935 que fue desamortizado y reconvertido en cárcel, el “Penal de San José”. En 1908 esta cárcel se traslada al Palacio de Villahermosa en la calle de Predicadores y el edificio se convierte en cuartel de Intendencia. En el año 1971 pasa a propiedad municipal dentro de la “Operación Cuarteles”. El edificio se derriba y se urbaniza creando zonas verdes y prolongando el Camino de las Torres hasta el rio Ebro.
En la actualidad nada
queda de este conjunto, solo unos sillares de piedra de lo que fue el puente de
piedra sobre el Huerva frente a la Puerta Quemada.
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