Interior del antiguo convento de Carmelitas "Las Fcecetas" en la calle Santa Inés
Edifio popular del S. XVI en la calle de San pablo nº 21
Edifio popular del S. XVI en la calle de San pablo nº 21
El Ayuntamiento de Zaragoza tiene que ir recortando los presupuestos por falta de dinero en las arcas municipales. Desde luego si no hay “pasta” hay que ir quitando por donde sea. El problema esta en qué se quita. Recientemente se ha anunciado que de cuatro millones presupuestados para terminar el Museo del Fuego se ha quedado reducido a un poco mas de millón de euros. Resulta triste pensar que los recortes se hagan en cultura. Pero esto no es la primera vez que ocurre. El palacio de Fuenclara y la imprenta Blasco también hay intención de cederlas a la DGA para convertirlas en oficinas de Justicia. Parece ser que el mantenimiento de estos elementos culturales cuesta mucho dinero. Da la impresión de que en lugar de alegrarnos por tener bienes culturales nos da como agobio el poderlos administrar. La Concejalía de Cultura ya ha ido eliminando poco a poco eventos culturales que daban peso a la ciudad, ”Cine Francia” es un ejemplo. También dejo de existir el Ballet de Zaragoza . Seguramente ya no se puede quitar muchas cosas porque nada queda. El Museo Pablo Gargallo cerrado por reformas, que habrá que juzgar si ha valido la pena tamaña rehabilitación, siendo que estaba bien lo que había. Por cierto para estas remodelaciones los millones van que vuelan, lo mismo que para hacer concursos de ideas para campos de fútbol, que ya van tres, a 150 millones cada uno si no me equivoco. Así un largo etcétera. ¿Existe una política cultural en nuestro ayuntamiento? Creo que no. No existe una dinamización cultural que nos haga ir a visitar lo poco que tenemos: los museos de arqueología romanos, el Centro de Historia (siempre esta vacio), el patrimonio arquitectónico de la ciudad, no solamente los edificios singulares sino la arquitectura popular. Conocer nuestro Casco Histórico, ahora dejado y olvidado, y que tiene que ser el referente de todos los zaragozanos. Si queremos que Zaragoza, después de la Expo, siga siendo un reclamo, una ciudad para ser visitada, una ciudad cultural como quiere nuestro alcalde tendrán que “ponerse las pilas” nuestros concejales cambiar de rumbo y pensar que sin cultura un pueblo difícilmente sigue hacia delante y difilcimente será visitada porque no tendrá nada que visitar.
Comentarios