Si otros pueden, nosotros también.
El viajar siempre te depara nuevas cosas y ciertas sorpresas que te hacen ver la realidad con mayor claridad. Hace unos días comentaba los precios de la hostelería en nuestra ciudad que, según mi parecer, son bastante excesivos en muchos lugares; sin ir más lejos en una terraza de Sta. Cruz una cerveza de tercio me costó el otro día 2,70€. Pues bien en estas vacaciones he salido por tierras leonesas y he podido comprobar los precios de la hostelería y la vida que se respira en las calles de León con su ajetreo de bar en bar y sus tapas. Como muestro en las fotografías una caña con su tapa correspondiente cuesta 1€ ó 1,10€ en la mayoría de los bares y para ser más exacto son un poco más pequeñas que las cañas de aquí y se las denomina “cortos”. No hay que decir que te tomas unas cuantas y ya llegas al hotel sin necesidad de cenar y casi con mas “perras” que con las que has salido y añadir que los bares a rebosar a pesar de la gran cantidad que hay. Creo que no hace falta comentar que esos precios animan a salir y que los hosteleros terminen contentos del trabajo hecho por la cantidad de gente que les va. Zaragoza podría tomar buena nota, incluso pasearse por allí y tratar de emular lo que allí se hace y seguro que los bares de esta inmortal ciudad se llenarían , se daría trabajo, se dinamizaría y en definitiva los hosteleros dejarían de quejarse por las aparentes perdidas que tienen. Si otros lo hacen, nosotros también podemos.
El viajar siempre te depara nuevas cosas y ciertas sorpresas que te hacen ver la realidad con mayor claridad. Hace unos días comentaba los precios de la hostelería en nuestra ciudad que, según mi parecer, son bastante excesivos en muchos lugares; sin ir más lejos en una terraza de Sta. Cruz una cerveza de tercio me costó el otro día 2,70€. Pues bien en estas vacaciones he salido por tierras leonesas y he podido comprobar los precios de la hostelería y la vida que se respira en las calles de León con su ajetreo de bar en bar y sus tapas. Como muestro en las fotografías una caña con su tapa correspondiente cuesta 1€ ó 1,10€ en la mayoría de los bares y para ser más exacto son un poco más pequeñas que las cañas de aquí y se las denomina “cortos”. No hay que decir que te tomas unas cuantas y ya llegas al hotel sin necesidad de cenar y casi con mas “perras” que con las que has salido y añadir que los bares a rebosar a pesar de la gran cantidad que hay. Creo que no hace falta comentar que esos precios animan a salir y que los hosteleros terminen contentos del trabajo hecho por la cantidad de gente que les va. Zaragoza podría tomar buena nota, incluso pasearse por allí y tratar de emular lo que allí se hace y seguro que los bares de esta inmortal ciudad se llenarían , se daría trabajo, se dinamizaría y en definitiva los hosteleros dejarían de quejarse por las aparentes perdidas que tienen. Si otros lo hacen, nosotros también podemos.
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