Museo Diocesano de Zaragoza. Este nuevo museo se encuentra ubicado en el Palacio Arzobispal con entrada por el Paseo de Echegaray. Hay que decir que llama la atención por lo cuidado de su montaje siguiendo criterios actuales de no saturar de piezas los espacios. A su vez resulta muy agradable su visita por los audiovisuales que se proyectan, muy atractivos, y por las explicaciones que va dando el guía. Resalto este dato ya que, como digo en otras ocasiones, las explicaciones que da resultan fundamentales para poder entender el contenido del museo. Por cierto los guías están preparados para poder explicar en diversos idiomas incluido el japonés. Realmente un acierto que deberían imitar los diferentes museos de la ciudad. La visita dura una hora y media aproximadamente y , aun con todo, podría dar más de si, aunque este tiempo es razonable para no cansar. Las piezas que se exponen son la típicas de estos museos religiosos y a través de ellas se recorre todo el trayecto histórico de la diócesis de Zaragoza. De las piezas que yo destacaría, por su desconocimiento, son dos tapices flamencos de la Iglesia de San Pablo, según cartones de Rafael, que no se han expuesto desde los años sesenta cuando se “montaba” el Monumento del Jueves Santo. También destaca la capa pluvial de D.Hernando de Aragón y el alfarje que se ha encontrado “in situ” durante la rehabilitación del edificio. También me llamo la atención la forma de presentar algunas de las piezas como las que intervienen en las procesiones de tal modo que se han dispuesto emulando el acontecimiento. Creo que hay que recomendar su visita y pagar 5€ o 3€ si uno es jubilado o va en grupo. Está bien que se aporte algo de dinero para poder mantener y valorar el arte. En la fotografía aparece la foto de un tapiz de San Pablo (la única que he encontrado) tomada en los años cuarenta.
Una forma de conservar nuestro patrimonio cultural es conocerlo. A continuacion os pongo una reseña de un edificio que forma parte del Mudejar de Aragón, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Iglesia de San Gil de Zaragoza Los materiales de los que esta constituido el templo son los tradicionales en la arquitectura mudéjar de Aragón: ladrillo, yeso y cerámica vidriada para el exterior. La disposición de los ladrillos es a soga asentados sobre yeso. Es de nave única con testero recto y capillas laterales entre torres contrafuerte, que son como pilares estructurales, y esta dotada con tribuna o paseador por encima de las naves laterales abierta al exterior, los pilares contrafuerte se abren paso para poder circular. Esta estructura arquitectónica queda oculta, y es propia del mudéjar., todas las cargas se distribuyen entre los diferentes torres contrafuerte. En la trasformación del XVIII se invirtió la orientación general del templo dando como resultado dos ábsides poligo
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