En otro momento ya comente la necesidad
de hacer una negociación con los bares nocturnos de la “Zona del
Casco”, los situados en la calle del Temple y adyacentes, para
poder regenerar ese espacio que ha quedado completamente anodino por
la presencia de estos locales de hosteleria. Hay una cosa clara y es
que todos tienen derecho a la diversión y también todos tienen
derecho al descanso. Esta claro que lo prioritario es el descanso y
es por esa razón por la que no es posible dicha convivencia bares
nocturnos-zona residencial. Además se ha ido desertizando todo este
espacio por esa misma motivo y la consecuencia es clara :degradación
urbanística. Las alarmas no sonarían sino se oyeran voces que dicen
que quieren esponjar este lugar, esto es, derribar edificios para
crear plazas o ensanchar calles. Es una autentica barbaridad hacerse
este tipo de planteamientos ya que de este modo vamos, poco a poco,
destruyendo nuestro patrimonio arquitectónico de hace siglos. Hacer
referencia a que la ley lo prohibe resulta también risible ya que a
la Ley de Patrimonio Aragonés se le hace poco caso. Creo que es hora
de que seamos responsables y sensatos y hagamos lo posible para
trasladar estos bares y empezar poco a poco a rehabilitar cada uno de
los edificios que lo conforman y de ese modo recuperar nuestro
patrimonio cultural y podamos disfrutar de nuestro casco histórico.
Una forma de conservar nuestro patrimonio cultural es conocerlo. A continuacion os pongo una reseña de un edificio que forma parte del Mudejar de Aragón, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Iglesia de San Gil de Zaragoza Los materiales de los que esta constituido el templo son los tradicionales en la arquitectura mudéjar de Aragón: ladrillo, yeso y cerámica vidriada para el exterior. La disposición de los ladrillos es a soga asentados sobre yeso. Es de nave única con testero recto y capillas laterales entre torres contrafuerte, que son como pilares estructurales, y esta dotada con tribuna o paseador por encima de las naves laterales abierta al exterior, los pilares contrafuerte se abren paso para poder circular. Esta estructura arquitectónica queda oculta, y es propia del mudéjar., todas las cargas se distribuyen entre los diferentes torres contrafuerte. En la trasformación del XVIII se invirtió la orientación general del templo dando como resultado dos ábsides poligo
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