Este verano se desató la polémica al
conocerse la actuación arqueológica que se va a llevar a cabo por
parte del Ayuntamiento en el antiguo cuartel de Pontoneros para
realizar las obras de rehabilitación del edificio para residencia de
estudiantes y la construcción de 45 plazas de aparcamiento. En la
noticia llama la atención en primer lugar por la “técnica expres”
que se va a utilizar para que en pocos días se tengan ya los datos
arqueológicos y poder entregarlos a la Direccion General de
Patrimonio. No es serio que un subsuelo con un rico pasado urbano se
trate de forma tan precaria y superficial. El estudio geotécnico
sirve entre otras cosas, para detectar la existencia de restos
arqueológicos para su posterior excavación si los hubiere. Da la
impresión de que se trata más bien de pasar un trámite, que es
obligatorio, que de hacer un verdadero estudio del subsuelo como
corresponde a un lugar como este.
En segundo lugar
sorprende que se hable de hacer un aparcamiento en un lugar que
claramente esta “lleno” de restos arqueológicos sin explicar
que se van hacer con los restos hallados. Estamos hablando de restos
islámicos domésticos, y parece ser de primer orden, ya que se trata
de viviendas de altos funcionarios del gobierno musulmán del S.XI.
Tengo miedo del destino que va a tener este conjunto arqueológico y
este miedo no es infundado dado que no hace ni cuatro años se
echaron a la escombrera restos islámicos y dos calles romanas que
aparecieron en el subsuelo de la DPZ, en la plaza de España, cuando
se construyo el aparcamiento subterráneo. El veredicto de Patrimonio
fue que carecían de valor (¿). Lógicamente la noticia fue
posterior a la construcción del aparcamiento cuando ya no había
remedio.
Espero de la cordura y
sensibilidad de nuestros gobernantes para que los restos hallados se
conserven “in situ” y puedan ser vistos y disfrutados por la
ciudadanía y nuestros visitantes. Seria incomprensible que se hable
de Zaragoza “Ciudad Cultural” y al mismo tiempo estemos tirando a
la escombrera nuestro rico patrimonio cultural.
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