El pasado viernes 14 de febrero
en la Tribuna del Heraldo de Aragón Alfredo Compaired hablaba sobre la soledad
del Museo de Zaragoza. Nadie lo visita a pesar de sus ricos fondos incluidos
los de Goya. Hace referencia a que sobra tiempo para bares y para ir a Puerto
Venecia, incluso sobra tiempo para perder el tiempo. Mientras el museo vacio.
Yo creo que está bien ir de bares, ir a Puerto Venecia, incluso
perder el tiempo. Pero estoy con Compaired en que es penoso que no vaya nadie a
ver nuestro museo. ¿Cómo es posible? Habrá muchas causas, creo, pero hay una
que considero importante y es la falta de una buena educación cultural fuera de
las aulas, de la enseñanza reglada. Zaragoza se caracteriza por el poco apego a
“sus cosas” ya que según el común de los zaragozanos consideran que no tenemos
nada importante que ofrecer a nivel cultural, fuera del Pilar, La Seo y Aljafería. Y esto es debido a que nuestros próceres
han hecho poco o nada para dinamizar nuestra cultura, incluso, si me apuran lo
que han hecho ha sido destruir nuestro patrimonio. Se han permitido licencias
de derribo de edificios históricos del Casco Viejo y no ha pasado nada, se dice
que eran edificios viejos, la especulación inmobiliaria ha sido el motor de
esta catástrofe cultural. Aparecen noticias del posible derribo de la factoría
Averly, tanto DGA como Ayuntamiento permiten derribar dos terceras partes para
construir viviendas. Se sobrentiende que no tiene valor. No ha habido un
seguimiento de elementos culturales que han ido a parar a Cataluña, que los han
cuidado, y ahora reclamamos. Ante esta situación hemos crecido la mayoría de
los zaragozanos y por lo tanto tenemos en el inconsciente esa realidad de que aquí
hay que tirar que no hay cosas de valor, que nuestra cultura es muy pobre y
todo lo bueno esta en el exterior, fuera de nuestras fronteras. Siendo así las
cosas no es de extrañar que no se vaya al museo, y se vaya uno de bares y pasemos
de todo lo que suene a cultura. Además esta situación les viene muy bien a nuestros
gobernantes porque de ese modo “campan a sus anchas” y hacen de nosotros
verdaderos títeres. No protestamos porque no tenemos nada que protestar, me
refiero a este campo, al de la cultura. Estamos en un momento crucial en
nuestra sociedad. La crisis económica y las políticas del PP están favoreciendo
este tipo de actitudes que nos llevan a una sociedad en la que los valores
culturales, solidarios y justos están por los suelos. Y hay una cosa clara y es
que nuestros jóvenes están creciendo en este ambiente desolador y se están empapando
de estos contravalores que denunciamos. Una verdadera pena. De este modo lo único
que nos queda es ir de bares ir a Puerto Venecia y pasar de museos que son muy
aburridos. ¡Así nos va¡
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