Invasión de veladores A raíz de la normativa sobre el tabaco se ha visto una proliferación de veladores por nuestras calles de tal modo que en algunas casi no dejan paso a los peatones. Hay que reconocer que tomarse algo en una terraza es muy agradable si el tiempo acompaña y, además, los fumadores pueden “echarse unos cigarrillos” para acompañar su”piscolabis”. Ahora bien hay que guardar unas mínimas normas para que todo funcione bien y no se altere al personal por la desmedida de algunos hosteleros. La limpieza del suelo, la no saturación de espacios y unos precios más que razonables serán los principios que deberán seguirse para que todos estemos contentos. La normativa de veladores no permite una ocupación superior al 50% del ancho de la calle. Me voy a fijar en los precios. Esto ya lo hable hace tiempo pero creo que es bueno recordarlo y actualizarlo. Las tasas municipales para poder poner una mesa con cuatro sillas en la vía pública ocupando 2m. es de 0,12 €. ; no llega a 50€ anuales. ¿Quién alquila un local por esos precios en Zaragoza? Pongo 10 mesas con sus cuatro sillas y no llega a 500 € anuales. Lo preocupante es que por estar en terraza los precios de las consumiciones se desorbitan llegando en algunos casos al abuso, cuando en realidad deberían ser más baratos dado que los gastos son muy inferiores. De todos los modos creo que el propio ayuntamiento debería dar permiso de ocupación a condición de poner unos precios más baratos que los de dentro del local ya que el suelo que ocupan es de todos y muy barato (la luz, aire acondicionado, etc. no necesitan). También sería deseable que los precios estuvieran bien reflejados en las mesas para no llevarse las manos a la cabeza cuando nos pasan la factura. A pesar de todo hay terrazas céntricas y baratas y son a esas a las que debemos ir y a las que se “pasan” hacerles boicot a ver si “espabilan”.
Una forma de conservar nuestro patrimonio cultural es conocerlo. A continuacion os pongo una reseña de un edificio que forma parte del Mudejar de Aragón, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Iglesia de San Gil de Zaragoza Los materiales de los que esta constituido el templo son los tradicionales en la arquitectura mudéjar de Aragón: ladrillo, yeso y cerámica vidriada para el exterior. La disposición de los ladrillos es a soga asentados sobre yeso. Es de nave única con testero recto y capillas laterales entre torres contrafuerte, que son como pilares estructurales, y esta dotada con tribuna o paseador por encima de las naves laterales abierta al exterior, los pilares contrafuerte se abren paso para poder circular. Esta estructura arquitectónica queda oculta, y es propia del mudéjar., todas las cargas se distribuyen entre los diferentes torres contrafuerte. En la trasformación del XVIII se invirtió la orientación general del templo dando como resultado dos ábsides poligo
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