La sentencia del TSJA acerca de impedir a las bicicletas el ir por las aceras da un golpe de efecto a una nueva forma de movilidad urbana que se estaba incorporando en nuestra ciudad de manera muy positiva. Es cierto que, lo mismo que el tranvía, la irrupción de la bicicleta ha llevado consigo su buena dosis de polémica al ser algo novedoso en nuestra cotidianidad, suele ocurrir siempre que algo cambia en nuestros hábitos diarios. De todos los modos la sentencia puede ser discutida desde su primera premisa que es identificar sin matices a la bicicleta como un vehículo: “Medio de locomoción o trasporte, en especial el automóvil” (RALE). Ciertamente lo es como lo es un camión, una motocicleta y un turismo pero también lo son las sillas de ruedas de los minusválidos, los cochecitos de niños y los carros de la compra. A todas luces la bicicleta está más cerca del peatón que de una motocicleta y el conductor de la bicicleta cuando está circulando lo hace con una psicología de peatón. Esto no justifica las infracciones que se cometen pasando en rojo los semáforos, circulando direcciones prohibidas en calles semipeatonales, en aceras estrechas, etc. Este mismo conductor llevando un turismo no hace este tipo de faltas. Del mismo modo una bicicleta en la calzada puede ocasionar molestias a los coches debido a su poca velocidad. Tenemos que empezar convivir y buscar salidas a todos los problemas que se puedan plantear.
Hay que reconocer que vistas así las cosas muchos ciclistas han tomado las aceras como lugar donde circular sin pensar que su presencia en muchos momentos puede causar molestias, incluso pequeños accidentes, si son muchas las personas que van andando tranquilamente por la acera. Y hay que dejar claro que quien en primer lugar tiene prioridad es el peatón. Los colectivos “pro-BICI” piden una campaña de divulgación de la normativa de la bicicleta la cual debió hacerse cuando entro en vigor. Creo que llevan razón al solicitar dicha campaña la cual debería ir unida a la presencia policial en lugares estratégicos como es el Coso-Alfonso informando a los ciclistas que no se puede circular montado en la “bici” en lugares estrechos y con mucha presencia de peatones. También debo decir que si pasado cierto tiempo, habiendo llevado a cabo esta campaña y se sigue circulando sin el respeto a las normas de circulación considero que las multas son buena medicina para el cambio de actitudes.
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